viernes, 26 de marzo de 2010

TP Silva-Rodriguez

Habiéndome encontrado camino hacia el nuevo continente, la mismísima América, más precisamente a Argentina en Sudamérica; se me fue encomendada la tarea de, como corresponsal, describir los acontecimientos próximos a ocurrir en el sur de dicho país con la denominada “Conquista del desierto, una cruzada que llevaría a cabo el ejército argentino encabezado por el General Julio A. Roca.

Llegado al lugar me remití a identificarme en una dependencia como corresponsal que era y pedir todas las habilitaciones posibles para mi libre circulación por todos los terrenos y posibilidad de entrevistar a todos los actores de los hechos a acontecer.

Estando en la dependencia me entrevisté con un Teniente quien me trató muy amablemente; y aquí quiero detenerme para hacer una primera observación sobre estas personas; su vestimenta era de militar y estaba prolijamente presentada, como se puede encontrar en Europa, su vocabulario era muy correcto y cortés, se notaba que era una persona con estudios, de tez blanca y cabellos de color negro bien corto, una barba bien cuidada y su estatura era del promedio normal de un hombre europeo y permítame el lector dejar por el momento la descripción de estos hombres hasta aquí, con la promesa de que más adelante entraré en más detalle sobre su forma de vida.

Y ahora sí, volviendo a la entrevista, tengo que decir que él me preguntó de dónde venía, cuál era el interés que tenía sobre esta historia, cuánto tiempo pensaba quedarme y tantas otras preguntas de rutina. Luego de esto me concedió, como yo esperaba ocurriese, todos los derechos a los petitorios que había hecho oportunamente y los cuales ya he descripto anteriormente.

Mi primera noche la pasé en una tienda de la campaña, la cual me fue otorgada con la mayor de las comodidades, siendo esto orden directa del Teniente. Al amanecer del otro dia, bien temprano, me desperté y tomé mis cosas, ya que había tomado la decisión de comenzar mi estudio del lado de los aborígenes dueños (u ocupantes) de la tierra en disputa.

Llegado el mediodía, luego de casi siete horas de cabalgar divisé a lo lejos una serie de tolderías en la llanura, mientras me estaba acercando pude ver que desde allí venían cuatro jinetes y en apenas unos minutos estuvimos frente a frente, ellos me rodearon quedando yo en el medio, comenzaron a hablar y gesticular entre ellos a lo que no podía entender nada ya que era una lengua totalmente desconocida para mí. Luego de unos segundos haciéndome gestos entendí que pretendían que me bajase de mi caballo para aparentemente requisarme, así que viéndome en obvia desventaja de uno a cuatro, accedí a este petitorio y fue así que uno de ellos descendió de su caballo, mientras que los otros observaban con mucho detenimiento y listos para repeler cualquier intento de ataque de mi parte. Esta se me acercó y comenzó una requisa de mis bolsillos y mi pequeño bolso, sin descubrir nada que fuera peligroso, salvo en mi bolsillo inferior donde guardaba una pequeña pistola que rápidamente se guardaron, luego encontraron en mi bolso mi navaja, la cual siempre me ayudaba y nunca olvidaba pero lamentablemente esta también fue a parar a sus manos, otra cosa que les llamó la atención fue mi pluma pero al parecer sabían que ésta no representaba ningún peligro y entonces me fue devuelta.

Terminada la requisa me indicaron que los siguiera y así escoltado por ellos llegué a las tolderías donde se encontraban los demás.

Una vez allí fui llevado a una de ellas, donde se encontraban el que aparentemente, luego corroborado, era el cacique (un anciano muy entrado en años), el chamán, dos consejeros y un traductor, quien para mi sorpresa entendía muy bien el español, no así el ingles de mi tierra, pero por mi conocimiento del español nos pudimos comunicar bastante bien.

En esta reunión les expliqué cuál era el motivo de mi visita y les aseguré que venía en paz y con la sola intención de observar el estilo de vida que practicaba su pueblo y que no pretendías que aprender de su cultura, para llevarla a mi país, y hacerles llegar algo de la cultura de la tierra de la cual vengo. Ellos, desconcertándome, accedieron fácilmente a esto.

Allí estuve varios días y ahora sí quiero comenzar a detallar su forma de vida. Comenzaré por una descripción física donde puedo observar que es impresionante su dimensión, ya que son casi el doble de una persona promedio, de tez oscura quemada por el Sol, cabellos mal arreglados, algunos de ellos con barbas largas y muy desprolijas, pero sin dudas lo que más me sorprendió fue su altura, eran verdaderamente enormes, una fisonomía descomunal; en fin, continuando con la descripción, debo decir que su vestimenta era muy rudimentaria, básica, diría incivilizada, llevaban puestos unos harapos hechos con cuero de algún tipo de animal de la zona, y era indistinta tanto para hombres como para mujeres.

Tenían, según me explicaron, distintos idiomas que se relacionaban unos con otros y que dependían de las zonas y etnias existentes pero que el predominante era el Tshoneka.

Respecto a su organización social debo decir que se relacionaban en agrupaciones integradas por nexos de parentesco y que tenían un territorio específico de caza y recolección, aunque sus límites estaban establecidos de una forma muy vaga y poco confiable, ya que se basaba en alguna loma, una hondonada o un árbol importante. Si alguna agrupación no podía solventarse con su propio territorio debía pedir permiso a agrupaciones vecinas de la misma etnia para aprovechar sus recursos, cualquier tipo de transgresión a esto implicaba inevitablemente la guerra. Vivían en tolderías que ellos llamaban “aik” o “aiken” y si bien no estaban estables en un solo lugar, lo que si tenían en cambio era una especie de ruta o circuito que los ubicaba de acuerdo a cada estación; estos movimientos eran realizados por toda la agrupación en sentido Oeste-Este.

Entre sus creencias religiosas, no institucionalizada ni vertical como las existentes en el resto del mundo; estos creían en Kóoch quien ordenó todo el desorden del universo y creó a El-lal (Elal) un héroe -fuerte, sabio, benéfico- quien creó a los Tehuelches y los civilizó revelándoles el secreto del fuego e inventando el arco y la flecha.

Su sistema se basaba en mitos y ritos, además tenían la existencia del denominado chamán, quien era el encargado de la práctica de la medicina, la cual ejercía, según sus creencias, con la ayuda de los espíritus.

Otra cosa curiosa que llamó mucho mi atención fue que los matrimonios debían efectuarse con mujeres de otras etnias para asegurar la interrelación entre las distintas etnias, y esto se conseguía a través de trueques, pero muchas veces lo que ocurría era que las mujeres fueran robadas y claro está, esto llevaba al comienzo de una guerra interétnica.

Aquí en estas tierras estuve varios días y déjeme el lector hacer un comentario sobre el viento o xoshem como lo llaman ellos, que es muy fuerte y casi constante por aquí, que si pusiéramos un molino este no pararía casi nunca. Habiendo hecho este comentario, y volviendo a donde me quedé, decía que estando varios días con ellos vi que tratan de respetarse bastante entre ellos y por sobre todo a aquellos que no pertenecen a sus etnias, sin querer ocupar más tierras de las que hoy conservan y son todo su territorio legado por sus antepasados.

Seguramente me podrán decir que cualquier inconveniente que tenían siempre terminaba en guerra, pero déjenme decirles que en general eran respetuosos, y quizás el mayor conflicto por el cual llegaban a la guerra era el secuestro de mujeres para los posteriores casamientos.

Ahora mi reflexión es la siguiente: son acaso incivilizados o bien son civilizados de forma diferente a los europeos. Una vez finalizada mi investigación les hice saber que me iría bien entrada la mañana del dia siguiente; a lo que ellos resolvieron realizar una gran fogata y se realizaron muchos rituales, hubo música y bailes de su cultura a los que fui invitado de realizar. Y así en el medio de una gran festividad se terminó mi tiempo en compañía de esta gente maravillosa que había tenido el agrado de conocer en esa ocasión.

Pasado el mediodía llegué nuevamente al campamento del ejército que aún estaba en preparación para realizar la ofensiva planeada y por la cual yo no tenía plena conciencia ni conocimiento de cuales eran los motivos precisos para la realización de la misma. Como al parecer no quedaba mucho más tiempo y estaba casi todo listo, comencé rápidamente con mis investigaciones y como le prometí oportunamente al lector y la palabra empeñada para mí es muy importante, vuelvo con la descripción de la sociedad de los llamados “criollos”.

Aquí, quiero decir que su sistema de gobierno es el de una república representativa con un sistema presidencialista elegido de forma democrática a través del voto de las personas habilitadas para hacerlo y estos eran sólo los varones mayores de dieciocho años, quedando fuera obviamente todas las mujeres y los hombres pertenecientes a razas inferiores como los aborígenes, los gauchos y algunos otros que no fueran considerados hombres civilizados, los que no fueran criollos. Cabe destacar una particularidad bastante triste en esto y es que ese voto no era secreto sino que era a viva voz y el sistema realmente tenía muchos problemas de fraude, donde se amenazaba de muerte a quienas iban a votar o simplemente cuando llegaban, alguien decía en lugar de ellos a quien votaba y esto demuestra un verdadero atraso en la política de este país. Las disputas por el poder eran demasiado grandes que no hace mucho este país se vio envuelto en una terrible e impiadosa guerra civil entre los llamados “federales” y “unitarios” y el baño de sangre fue inmenso y es así que uno se pregunta si somos tan civilizados como pretendemos ser.

Aquí la violencia era mucho más evidente y sus motivos iban desde una cuestión política, una cuestión de negocios, por mujeres y por otras tantas cosas que resultan ser pequeñeces.

Bueno, ahí que decir también que el poder estaba concentrado en un pequeño grupo con un poder adquisitivo muy importante y que al resto de la población sólo le quedaba obedecer las decisiones tomadas por este poder gobernante y sin, hasta el momento, levantar su voz contra este sistema injusto de gobierno de beneficio para unos pocos y miseria para la mayoría.

Ahora bien, quiero pasar a observar sus costumbres y forma de vida como sociedad; sus vestimentas eran muy variadas y esto se debía a los distintos estratos sociales existentes, las ropas de la mayoría de la población eran sencillas pero casi siempre bien arregladas, la descripción detallada de estas sería una perdida de tiempo y hostigamiento hacia el lector ya que estas son ropas que se ven en todos los pueblos europeos. La gente de clase alta viste ropas muy elegantes traídas directamente desde las grandes tiendas de Europa.

Su educación es bastante básica para la mayoría; el idioma oficial es el español ya que este país fuera una colonia del reino español. De dicho reino obtuvieron sus creencias religiosas basadas en el cristianismo. Su población no era mucha con respecto a su territorio más bien hay que decir que les sobraba territorio, la gran parte de su población estaba concentrada en unas pocas grandes ciudades como Córdoba, Rosario y, obviamente, su capital la ciudad de Buenos Aires, que era considerada la capital europea en América, por sus rasgos similares a los que se encuentran en el viejo continente.

Su actividad económica está basada en un sistema llamado “agroexportador” y ellos mismos suelen llamarse “el granero del mundo”, este sistema es el que permite la disparidad de niveles sociales que anteriormente le hice observar al lector con una descripción precisa y sin demasiada extensión.

Habiéndole acercado esta pequeña descripción al lector sobre esta sociedad debo decirle que, luego de estar unos días, al fin pude tener la precisión del motivo que desataría los hechos de violencia que se sucedieron; y aunque parezca tonto esto fue así, y está plenamente confirmado, lo que inició esto fue la disputa de dos metros cuadrados de tierra que ambas sociedades se atribuyen como propios y no habiendo llegado a un acuerdo, mas allá del propuesto por los Tehuelches de dividir estos dos metros de tierra, un metro para cada uno, el estado argentino de los criollos se había empecinado en que esas tierras le pertenecían y que pelearía por ellas hasta las ultimas consecuencias y que si era necesario recurrir a la guerra esta se iniciaría sin ninguna vacilación; pero que si se llegaba a la guerra sería por la obstinación de los Tehuelches y que el Estado en ese caso y para evitar cualquier tipo de conflicto futuro iniciaría una cruzada con el objetivo de reducir a nada a los conflictivos y salvajes e incivilizados Tehuelches sin ninguna piedad por la vida de ninguno de ellos, ni de mujeres ni niños, nada. La violencia sería tal que no quedaría ninguno con vida desterraría para siempre a los Tehuelches de la faz de la tierra y no dejaría ningún rastro de que allá existido su cultura alguna vez en algún lugar de la Argentina.

Y es así que cabe hacerse la pregunta de ¿qué es la civilización? O, ¿quiénes son civilizados y quiénes no?

Quiénes fueron los vencedores en esta guerra, los civilizados o los incivilizados, eso sólo la historia y quienes la interpreten lo dirán. Yo por mi parte tengo mi opinión formada pero no la daré en esta oportunidad para no inducir a nadie en su pensamiento ya que es preciso que cada uno vea los acontecimientos y realice su propio análisis y saque las conclusiones que crea son las adecuadas.

Sin más, me despido de todos los lectores y agradezco a todos los que colaboraron con este trabajo.

Atte Gulliver.

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